Hoy queremos contar un cuento especial a alguien también muy especial: ese niñito de cinco años que cada uno de ustedes lleva dentro, y que un día, hace ya mucho tiempo, se puso el delantal, se colgó la bolsita con la merienda y, de la mano de mamá, un poco asustado, pero con muchas expectativas, ingresó a la salita del Jardín de Infantes. A partir de ese día, junto a su señorita y a sus compañeros, comenzó a recorrer un importante camino: el camino de la escuela. ¡Cuántas emociones, cuántas cosas nuevas, cuántas vivencias lo esperaban! Recordemos juntos todo esto a través del cuento prometido.
Había una vez, hace ya muchos años, una joven maestra jardinera recién recibida, que abrió un jardín con un hermoso nombre: “Sueño Azul”. De esta manera, sin saberlo, esta joven maestra, llamada Silvana, estaba iniciando un sueño, no sólo azul, sino de tantos y tan luminosos colores, que su resplandor alcanzaría los rincones más insospechados de la realidad. Esta maestra tampoco sabía de los esfuerzos y sacrificios que iba a tener que realizar, y de los difíciles momentos por los que tendría que atravesar para cuidar el crecimiento de este delicado sueño. Tampoco sabía que tenía una fuerza enorme y un empuje increíble que le iban a permitir ir sorteando los obstáculos y seguir adelante. La cosa es que así fue. Esta maestra comenzó resuelta a recorrer el camino, y el sueño fue poco a poco convirtiéndose en realidad. Al igual que en una pequeña semillita se esconde un árbol gigantesco, así en su interior estaba todo este bagaje de valiosas capacidades que permitieron a este sueño crecer sano y robusto. No estuvo sola en este camino: Hugo, su compañero inseparable, su hija, su familia, sus ahijados, padres de alumnos, docentes, directivos, amigos, autoridades, acompañaron en todo momento a esta maestra, en su empeño de convertir la escuela en un hermoso lugar para sus chicos. Y así llegamos al día de hoy, después de veinte años de caminar juntas con ella. Este año se cumple el vigésimo aniversario de este sueño, de esta escuela que hoy ofrece una abundante cosecha: ocho promociones de egresados, un colegio de reconocido prestigio en todos los ámbitos educativos, y muchísimos niños y jóvenes que encuentran en él no sólo la educación académica sino el apoyo y el amor que hacen a la formación como persona.
Al principio les dijimos que íbamos a contar un cuento muy especial; ¿por qué? porque no tiene un final. Este Colegio es una hermosa realidad que esa maestra jardinera y su esposo, junto a sus directivos, docentes, preceptores, secretarios, coordinadora de curso y auxiliares, haciendo honor a su vocación, llevan adelante día a día, desde el momento en que sembraron las semillitas de “Sueño Azul”, las que son hoy una multitud de hermosas flores en el jardín de sus vidas, vidas a la que si Jorge Vocos Lescano viviera, les dedicaría un poema.
Gracias, entonces a todos los que construimos este sueño día a día: Silvana, Hugo, directivos, docentes, preceptores, secretarios, coordinadora de curso, auxiliares, pero por sobre a todo a ustedes, nuestros queridos chicos que son la esencia de este sueño y que le permiten hoy cumplir veinte años.
Comunidad educativa del Colegio “Jorge Vocos Lescano”
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